Pedro Granados

Inkarrí: pensamiento y mirada

 

Por Carlos Eduardo Quenaya

Poeta peruano

 

Inkarrí, el libro que hoy presentamos, viene a completar una saga formada por Roxosol (2018), La mirada (2020) y Amerindios (2020). Cuatro libros que tal vez constituyan un punto de llegada del trabajo poético e intelectual de Pedro Granados. La poesía manifiestamente aquí es una aventura intelectual en la misma medida en que la labor intelectual es una aventura poética. Vale la pena hacer el énfasis en esta dimensión de la inteligencia llevada a la poesía porque esta puesta en práctica del pensamiento es señal de algo mucho más tangible y provocador: la animalidad de quien escribe. Las ideas y los conceptos a los que nos podrían remitir los libros de Pedro Granados no son prerrogativa de los seres humanos y, por eso mismo, no pertenecen estrictamente al campo humanístico. Lo intelectual en estas páginas adquiere un significado nuevo.

No puede pasar desapercibido el hecho de que este conjunto de poemas quede firmemente trabado al trabajo crítico de Pedro Granados. A través de un intenso contagio entre su labor crítica y su obra creativa el poeta termina por multiplicar su mirada a través de los poemas y la reflexión teórica. Inkarrí, en tanto trasfondo mítico del poemario, alude también a la clave de lectura a partir de la cual nuestro autor ha construido su interpretación de Trilce. En numerosos trabajos Granados ha defendido que “aquel mito constituye el principio constructivo fundamental de todo aquel poemario.” O también: “Trilce sería un espacio mítico de máxima concentración.”

La palabra “teoría” está históricamente relacionada con la acción de mirar. Heidegger recuerda que el vocablo “teoría” proviene del verbo theorein y éste tiene el sentido de “mirar el aspecto en el que lo presente aparece; demorarse en él viéndolo mediante tal visión.” O, dicho de otro modo: “el admirador prestar atención al desvelamiento de lo presente.” Teorizar no tiene el sentido de una contemplación inactiva y desinteresada de lo que se ve. Menos es un pensar que objetiva y calcula o un ejercicio de la razón que mide su poder explicativo a través de hipótesis. La teoría, en su significado griego, es una forma de develamiento, una visión atenta a lo que acontece y se oculta. Pero no es ésta la tradición en la que Granados se inscribe. En sus distintas intervenciones a menudo Granados trata de definirse por oposición o contraste con los esquemas de pensamiento de la tradición occidental. En conversación con Isaac Goldemberg y Sasha Reiter, Granados aclara así lo que supone para él la mirada: “La mirada no alude a un ojo ni a dos o más; es más bien una cualidad o acontecimiento. Por ejemplo, en El zorro de arriba y el zorro de abajo, son dos zorros que juntan sus rostros y, por ende, sus ojos, los cuales constituyen cuatro entonces, aunque ensayan una sola mirada milenaria dirigida a Chimbote.  Instancia que implica experiencia, y no solo una idea o pensamiento. La mirada se parece a una epifanía y a una anagnórisis porque, en última instancia, aquélla es gozosa. Un mito cumplido; y no solo una utopía o algo abstractamente por venir.”

Mirar no es una operación abstracta del cuerpo sobre un objeto. De modo semejante a los zorros arguedianos, en la mirada granadina acontece una epifanía no exclusiva de los seres humanos. Es una mirada en red en la que el todo tiene ojos para ver y devolvernos a su vez la mirada. Una epifanía del cuerpo que no es una promesa más lanzada hacia el futuro, sino una experiencia que es posible todos los días. Pensar desde la epifanía, ya sea rememorándola o rindiéndole tributo, es uno de los rasgos distintivos de la reflexión poética de Granados. El poema que cierra Inkarrí está escrito desde ese justo balance entre poesía, mirada y cuerpo:

 

Desaparecer un cuerpo

 

A Rodolfo Fuentes, i.m.

 

Desaparecer un cuerpo es lo más semejante a escribir un poema.  Este protocolo vuelve al poema semejante a ejecutar un crimen y desaparecer el cadáver.  Ata la cultura a la incultura, la paz a la violencia, la vida a la muerte.  Ácidos y otros insumos aplicados rápido sobre la piel, músculos, órganos, cartílagos y huesos hasta verlos deslizarse —juntos e indistintos—  en el alcantarillado de la regadera.  Aunque todo esto auto-aplicado, en primer lugar, contra quien escribe el poema; con análoga medida y similar efecto corrosivo sobre cuerpo y alma. Sobre los recuerdos más tiernos o aquellos más humillantes.  Contradicciones y antítesis las cobija por igual la escritura.  Diluye la especificidad de lo humano en otra y mayor dimensión. El aroma del mar o el verde amarillo de la retama en primavera. Luego de aplicarme a pensar, parsimonioso y concentrado, no hallo otra cosa que mis ideas ensopadas entre los resbaladizos meandros  del cerebro. ¿Qué joya me llevo sino el deseo de ser todavía más humano?  Olas, lluvia, desierto, noche y tempestades.

 

La escritura poética actúa como un disolvente de las tradicionales jerarquías y oposiciones que nos orientan en el mundo. Un crimen ejecutado de manera gozosa sobre el que escribe, según afirma el poema. ¿Quién es, entonces, ese yo poético que piensa parsimonioso y concentrado tras las líneas que leemos? No, desde luego, el de la duda cartesiana, seguro de su propia identidad pensante. Tampoco el cuerpo codificado de nuestros días, inevitablemente en busca de emancipación política. Quien piensa aquí es ya el aroma del mar o el verde amarillo de la retama en primavera. Desde ahí nos habla y, a través de estos poemas, nos hace partícipes de su feliz humanidad.

Pedro Granados, PhD (Perú, 1955). Publica poesía desde 1978: Sin motivo aparente, Vía expresa, Soledad impura, Roxosol o, los recientes, La mirada (Buenos Aires: BAP, 2020) y Amerindios/Amerindians (NYC: Arte Poética Press, 2020).  Su poesía ha sido traducida parcialmente al portugués, inglés y alemán. También ha publicado varias novelas cortas (Prepucio carmesí, Un chin de amor, Una ola rompe, Boston Angels, !Fozi lady! y Poeta sin enchufe). Asimismo, cultiva la crítica: Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo (2004), Trilce: húmeros para bailar (2014), Trilce/Teatro: guión, personajes y público (2017), entre otros libros de ensayo. Obtuvo un PhD en Hispanic Studies (Boston University).  Actualmente vive en Lima, Perú.

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