Marco Galvagni
DOS ESTRELLAS
dos estrellas,
corchos flotando en el cielo
primaveras de la inocencia
atrapado en el banco de nieve
para encender los rayos de la luna,
para perfumar su sonrisa con luz -
para dar alegrÃa como un amanecer que se desliza
en la flor de una noche bañada en ti.
GENOVA
Tan pronto como te deje
estás en el latido del corazón
cristalina y temblorosa, inquieta,
como si las cuencas de tus ojos se apretaran
en el don del amor que te confÃo.
Cruzando los ojos en Génova
sedientos bebimos toda el agua, la sangre;
terminamos hambrientos y mordiéndonos heridas
como arde el pedernal.
Espérame, guárdame tu dulzura.
Te daré una cascada de glicinias como regalo.
FLOR ENTRE ESTRELLAS
Escogà tu flor bruñida entre las estrellas,
Me encendà con un arcoÃris del mar
en un camino adornado con rosas,
las otras flores inclinándose para observar -
el disco del sol por un momento todavÃa,
en la tarde la luna azul de una sonrisa acentuada.
TU DIBUJO
La casa en el amanecer
tiene vidrios brillantes y limpios
de donde salen las hojas doradas del sol
marcando una primavera deslumbrante.
Es el dÃa que se origina
exactamente como el rumbo de un velero.
Tu pergamino esconde vocales de luz,
en la botella hay vino y sangre de amor,
pasas como una abeja
ocultando regiones perdidas -
Me ilumino con tu energÃa.
Entonces el disco del sol
construye nuestra claridad,
todo obedece al viento de la vida
y la orden dice que eres mi ruiseñor.
UN AMOR ABSOLUTO
las tejas
de la casa zumban como avispas,
ahà están las flores
de una cascada precipitada
de tu rocÃo
que te envuelve en un trino
de espuma azul.
La luz azul y rosa
de cada amanecer que nace
se eleva como el brillo
del carbón de tus iris.
Solo dentro de estas cuatro paredes
de tapiz de terciopelo
no tengo lagrimas amargas
pero un amor absoluto
por tus formas sinuosas
y los relámpagos iridiscentes de tu mente.
A ti que cantas y rÃes
en mà o en el bosque,
entre leones, tigres o ciervas
va mi corazón en este invierno.Â