Genio y locura
EL GENIO Y LA LOCURA EN JOHN FORBES NASH Y THEODOR KACZYNSKI
(UNABOMBER)
POR JESÚS M. DAPENA BOTERO
Médico, Psiquiatra y Psicoanalista colombianoÂ
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Homenaje a Karl Jaspers, Â
quien me puso en contacto con la dÃada del genio y la locura.Â
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I. ABREBOCASÂ
Con este trabajo, pretendo hacer un cotejo psicopatológico, aunque confieso la dificultad que tengo para hacer esa comparación entre el maravilloso matemático John Forbes Nash, el premio Nobel de EconomÃa (1994), con sus delirios crónicos de persecución, que yo no me atreverÃa a asociarlos con una esquizofrenia porque, al menos, en la versión cinematográfica de Una mente brillante (2001) de Ron Howard, a partir de la novela homónima de Sylvia Nasar, aunque se trate de un hombre raro y un tanto extravagante, yo tendrÃa la impresión de un padecimiento de una paranoia, dada la estructuración de su delirio, en el que se sentÃa perseguido por espÃas rusos, con corbatas rojas, que lo buscaban con insistencia inmisericorde. Â
Asà mismo, en su alocución en la recepción del premio Nobel de economÃa, su tonalidad afectiva muestra una gran simpleza y pobreza emocionales, en un discurso, que durarÃa sólo un poco más de un minuto, incluido el agradecimiento a su esposa, a quien le hablarÃa con un asombroso aplanamiento afectivo y al terminar lo dicho, podemos ver en el galardonado cierta perplejidad, tan propia de la fenomenologÃa de los psicóticos.Â
Tanto Nash como Kaczynski tuvieron infancias caracterizadas por la introversión, un rasgo que los acompañarÃa a lo largo de su vida, tan propio de la personalidad previa de los orates, al igual que cierta extravagancia; tanto el uno como el otro fueron encajonados en diagnósticos estigmatizantes; aunque yo me pregunto si en el caso de Nash, en vez de una esquizofrenia no se tratarÃa más de una paranoia benigna alusivo-referencial, con capacidad de introspección y autocrÃtica, que podrÃa garantizar una alianza terapéutica con compromiso del paciente con su tratamiento, algo que no lograrÃan los psiquiatras del hospital estatal McLeod en el que estuvo, en su segunda crisis, ya que no fueron continentes, en el sentido de W. R. Bion, ni lo suficientemente buenos, en la conceptualización de Donald Winnicott, sino que, por el contrario, reforzarÃan la persecución en una actuación pseudoterapéutica de castigos y terapias aversivas conductuales, como respuesta a las acciones paranoides, suscitadas en Nash, por la confirmación, de parte de la institución al agredirlo con lo que se incrementaba su desconfianza, cuando experimentaba que, a sus enemigos rusos, se sumaban los doctores y enfermeros yanquis, lo que incrementaba la subsecuente miedo receloso, que sentirÃa Nash.Â
Ese tipo de delirio serÃa para el gran psicopatólogo, el neurólogo Wernicke, un delirio referencial circunscrito, vinculado, como se muestra en la cinta de Ron Howard con un hecho real desencadenante del trastorno del pensamiento, el desciframiento de un código secreto ruso en el mismo Pentágono; aunque pareciera ser que, en la realidad fáctica, Nash nunca estuvo en ninguna de esas instituciones bélicas, militares.Â
Muestro dos fotos de los matemáticos Nash y Kaczynski, a pesar de mi poco aprecio por las tesis de Kretschmer y Sheldon sobre la asociación de temperamento, carácter y constitución, dada la imprecisión de esta concepción del vÃnculo entre cuerpo y mente, debida a su reduccionismo universalista, que irÃa contra la singularidad de cada sujeto en la clÃnica del caso por caso, lo cual ha hecho que, no sólo en mÃ, sino en la psiquiatrÃa misma, en general, esta concepción haya caÃdo en desuso, especialmente entre los psiquiatras, que tenemos una formación psicoanalÃtica.Â
Os presento las fotografÃas porque si bien al profesor de Princeton podrÃamos verlo como un inclasificable, en la tipologÃa kretmescheriana; el rostro de Kaczynski pareciera el de un prontuariado.Â
Nash Kaczynskyi
Si esta cara del señor de bigote resulta ser de un esquizofrénico krestchmeriano, quizás nos resulte más semejante al rostro de Nash, dada la impasibilidad de sus semblantes, de una apariencia tranquila:Â
Esquizofrénico para Kretsmcher
El impasible NashÂ
Mientras Kazcsynki se nos parecerÃa más al carnicero de Rostov, el asesino en serie más brutal de la ex Unión Soviética, un violador feminicida y pederasta con niños de ambos sexos, todo un destripador, llamado Andrei Rabinovich Chikatilo, criado en una región rusa, en la cual, bajo el terrorismo de Estado estalinista fuera sometida a una extrema pobreza. Â
No sabemos si el ucraniano tuviera la genialidad del matemático de Chicago; pero, sà tenemos noticia de que ambos fueron vÃctimas del acoso escolar, lo que hizo del primero un enurético hasta los doce años, quien, además, habÃa sido criado por una madre. quien sin escrúpulo alguno, les narraba a sus pequeños que su otro hijo, su hermanito mayor, cuando todavÃa era un crÃo, habÃa sido raptado por alguien para devorárselo, en un auténtico acto antropofágico en un contexto social, en el que las hambrunas, provocadas por el mismo Estado, hacÃan que el canibalismo fuera una práctica frecuente en la comarca donde vivÃan. Â
Por otro lado, durante la ocupación nazi de ese lugar, este mismo pequeño tendrÃa que presenciar la violación de su madre por la soldadesca alemana y su padre serÃa rechazado al volver de la guerra a la población a la que pertenecÃan, sin los vÃtores y agasajos, que se brindan a los héroes del ejército vencedor y fuera tratado como un traidor a la patria, vaya usted a saber por qué, como suele pasar en contextos en los que, la violencia polÃtica deja secuelas emocionales muy graves. Â
Esas circunstancias, tan traumáticas para un niño, irÃan gestando un monstruo como en el que se iba convirtiendo el pequeño Andrei, más allá de la genética, si tenemos en cuenta el ambiente psicosocial, con toda su complejidad, sin acudir a reduccionismos biológicos deterministas; sin embargo, el joven daba la apariencia de ser un hombre normal como si fuera un representante más de la banalidad del mal, descrita por Hannah Arendt, en su Eichmann en Jerusalén.Â
En 1990, cuando sus crÃmenes fueron inocultables y fue condenado a la pena de muerte, la ejecución fue con un tiro en la nuca, lo cual, considero que nos da bastante tela para cortar, en torno a la legitimidad de la pena capital. Â
Kaczynski sà que era un verdadero genio, con un cociente intelectual de 167, lo que no lo hacÃa invulnerable al miedo, que los otros le generaban con el acoso escolar, con el que tanto sufriera; aunque esa violencia no le impedirÃa tener grandes logros académicos y convertirse en todo un éxito en matemáticas avanzadas durante su High School, resultados, que lo llevarÃan a la Universidad de Harvard en Massachussets, donde se formarÃa. Â
Tras su graduación, irÃa a la Universidad de Michigan, en Ann Arbor para hacer un máster y un doctorado en matemáticas, donde demostrarÃa la superioridad de su inteligencia.  Â
Ese reconocimiento académico lo llevarÃa a ejercer un puesto en la Fundación Nacional de Ciencias, agencia estatal estadounidense, impulsora de la investigación y la docencia en ciencias no médicas y en ingenierÃa, con su propia intervención en el campo de la salud pública en organismos de la talla de la OMS u Organización Mundial de la Salud, aún como estudiante en ese centro universitario; de donde pasarÃa a Berkeley, en 1967, en plena guerra de Vietnam. Â
Dos años después, tras un retiro a casa de sus padres en Illinois, se marcharÃa de dicho Estado para hacer una vida de ermitaño en Montana, para llevar una vida sencilla y campestre, al estilo de Henry David Thoreau, quien hacÃa una vida en los bosques, en contacto directo con la naturaleza, como un hombre libre en contraposición a las servidumbres, impuestas por la sociedad industrial, donde llevarÃa una vida ascética, en medio de la soledad, quien tendrÃa una gran influencia en Unabomber, quien, a finales de la década de 1970, empezarÃa a fabricar bombas, que podrÃan ser devastadoras, con las que cometerÃa varios atentados, lo que harÃa concluir al FBI, que su creador debÃa ser un hombre estudiado, con un nivel de inteligencia genial, con ideologÃa neoludista, una filosofÃa, que pretendÃa, oponerse al desarrollo cientÃfico y tecnológico de la humanidad, basada en un movimiento británico, liderado por Ned Ludd, en el primer lustro de la década de 1810, que se dedicaba a la destrucción de maquinaria industrial británica de ese entonces, como si se tratara de una perturbadora negociación colectiva entre operarios y empresarios capitalistas, como expresión, por parte de los trabajadores, de su malestar en la cultura, como mecanismo de presión contra unos ricos explotadores, hasta que nuestro personaje fuera capturado en 1995, gracias a las pesquisas de el organismo federal de investigaciones, el FBI, por el delito de terrorismo, a partir de una carta, que Unabomber mandara a The New York Times, con su denuncia a las nuevas tecnologÃas.Â
Una vez atrapado serÃa llevado a una cárcel de Colorado, desde donde sigue clamando en sus escritos por una revolución mundial contra las consecuencias, que han traÃdo consigo la sociedad contemporánea y el sistema tecno-industrial, tan desastrosas para el planeta y la humanidad, por su alejamiento de la naturaleza y su apuesta por lo artificioso, que estimulan el ansia de Poder de técnicos e industriales, a los que tendrÃamos que frenar de alguna manera. Â
Sus escritos lo han convertido en un adalid en la cultura popular, en especial en los Estados Unidos de América, donde ha pasado toda su vida, como exponente de una cierta anarquÃa postizquierdista, como apuesta rejuvenecedora, en busca de un cambio real y de instrumentos para socavar el sistema controlador e ir, en verdad, a ubicarse más allá del bien y del mal, con base en una autocrÃtica y una crÃtica radicales de la realidad imperante, que permitan el renacimiento de una solidaridad con nuestros congéneres y el universo, con un verdadero ejercicio de la virtud, sin victimizaciones, de tal manera que, se abandone una posición pasiva por otra activa, movida por la pasión y el deseo, con una actitud vitalista y erótica, con una vida coherente y práctica, con un ecologismo racional, innovador y libertario, como un nuevo humanismo en pro del bienestar en el mundo, lo que más adelante en otra entrega pasaremos por el tamiz de la crÃtica de la razón práctica de Inmanuel Kant, para ver la validez de la teorÃa y la praxis de Unabomberg, que, en principio, me parecen cuestionables y disociadas.